jueves, 11 de febrero de 2016

EL ENFOQUE DE LOLA

Capítulo 12: Domingo por la tarde (2)

Escuchando a Adele me dirijo hacia el metro. Ando todo lo deprisa que puedo. No quiero pensar, no quiero sentirme mal otra vez por haber sido una estúpida. Sé que no es para tanto. Tal vez esté exagerando pero las horas que David y yo pasamos juntos me hicieron pensar que quizás había una oportunidad.

No me refiero a una oportunidad para él, ni para mi, si no para mi corazón. Una oportunidad para que vuelva a confiar. Para que vuelva a creer en que las cosas buenas son una realidad. Que el mundo es bueno y la gente es honesta. Una nueva oportunidad para convencerlo de que nadie lo va a engañar. Que nadie lo va a pisotear, ni lo va a destrozar y que puede pasear tranquilamente sin temor. Pero no, una vez más me equivoque.

Con el reverso de la mano seco una lágrima que sin permiso ha rebosado dejando atrás el lagrimal. Con la otra agarro con fuerza el bolso donde llevo la ropa, y comienzo a bajar las escaleras que me llevan a la estación del metro.

Antes de posar el pie en el primer escalón noto como alguien tira de mí haciéndome girar.

Es David. Esta agitado, como si hubiera tenido que correr para alcanzarme. De un tirón me quito los auriculares para escuchar lo que me está diciendo.

-Joder, Lola, ya podía gritar ¿qué coño escuchas tan concentrada?
-Ehh, Adele-comento sin creérmelo todavía. ¿Ha salido detrás de mí? ¿No me ha dejado plantada?

No puedo evitar que se me dibuje una sonrisa en los labios. Tal vez, mi instinto no esté tan mal encaminado.

-¿Dónde ibas? Habíamos quedado.

Su tono denota confusión y cansancio. Tal vez no se haya dado cuenta que me ha dicho nada en todo el día. Es lo normal, ¿no?

-No sabía nada de ti y pensé que estarías ocupado.
-Ah, bueno ¿No te he mandado un mensaje?
-No.
-Entonces solo lo pensé.

Mi cara en ese momento es un poema. ¿Cómo?

-No, no me mires así. Es que hemos tenido un problema muy gordo y con el estrés se me va la cabeza.
-Ya.

Sigo un poco escéptica, este hombre es un poco raro.

-¿Dónde ibas?¿A tu casa? Venga que te llevo.

Así sin más me quita el bolso donde llevo la ropa y echa a andar dirección al hotel. Y yo no puedo evitar que la rabia se apodere de mí. ¿Cómo puede pensar que le voy a seguir así como así? 
Hace un momento sentía que era una estúpida por esperar que apareciera sin más y llevarme una decepción al no hacerlo. Y ahora, resulta que él lo daba todo por hecho, esperaba que estuviera esperándole y pretende llevar las riendas de la situación. Me parece que se ha equivocado.


-Un momento, ¿dónde crees que vas?
-A por la moto, ¿dónde voy a ir?

Y encima me lo dice tan pancho, será imbécil, por lo menos podría preguntar antes ¿no? Digo yo, que aquí debo de pintar algo pero al señor le debe parecer normal. Él se presenta sin avisar, hace lo que quiere y punto.

-Pues yo me voy en metro-vale, tengo una pataleta.
-¿No quieres que vaya a por la moto?-pregunta incrédulo.
-No, no quiero.

Nos miramos con seriedad a los ojos. Yo le estoy retando y juraría que él intenta averiguar porque me he enfadado. ¿Es que no me lo puede preguntar?


-Vale, pues vamos en metro-cede al final.
-Que no, que no vamos. Me voy yo sola-afirmo enfadada mientras intento quitarle el bolso de las manos.

Pero, David, lejos de darme el bolso lo levanta alejándolo de mi.

-Vamos a ver, Lola. ¿A santo de qué viene esta pataleta? Perdona que no te haya mandado un mensaje, se me paso por completo. Pero ya estoy aquí. ¿Cuál es el problema?
-¿El problema?-contesto levantando la voz-El problema es que para ti todo es muy fácil, tu decides si aparecer o no y ahí estoy yo como una idiota esperando. Y, ¿qué me dices cuando apareces? Ah, perdona, solo lo habré pensado. ¿Te parece normal?

Y pasa lo que menos me puedo imaginar, lejos de responderme o de disculparse David rompe a reír. Y yo no sé si darle un bolsazo o echarme a llorar ¿por qué es tan insoportable?

Mientras se descojona en mi cara, le quito de las manos el bolso con la ropa que llevaba ayer y me meto en la estación con la intención de irme a mi casa. Y la verdad es que prefería irme triste a enfadada como ahora.

-Va, Lola, no te enfades-oigo que dice detrás de mi.

Lo ignoro, quiero olvidarme del hombre que está tambaleándolo todo. Hasta que lo conocí yo tenía muy claro que no quería saber nada del género masculino.Y, ahora, no lo tengo tan claro.

En el anden, le oigo hablarme mientras me recoloco los auriculares y le doy al play a la música. De reojo le veo sonreír, espero que no me siga a casa.

Pero cuando llega el metro se sube a el. En un intento de olvidarme de su existencia, me agarro al pasamanos mientras tarareo para mi una canción.

-¿Skyfall? Buen gusto musical-me dice muy bajito mientras me quita el auricular para escuchar lo que mi mp4 esta reproduciendo.

Me ha encerrado entre su cuerpo y el cristal. Si algo se puede decir de David es que es una persona insistente. Intento ignorarlo pero su respiración pausada junto a mi oído lo hace muy difícil.

-¿Vas a seguir enfadada mucho rato?

Niego con la cabeza, con él es imposible, no sé porque derriba todas mis barreras y en sus ojos encuentro la paz. Me giro lentamente haciendo que los auriculares que compartimos caigan y se queden colgando entre los dos.


Sin atreverme a mirarle a la cara, porque sé que su boca me va a llamar, cazo los auriculares y me dedico a jugar con ellos.

-David, no entiendo nada ¿Por qué fuimos a esa casa?¿Pasó anoche algo más o solo nos besamos? Y hoy, ¿por qué no has contestado mis mensajes? Espero que no pienses que estoy loca pero necesito alguna explicación.

-Vale, hablemos de ello. ¿Me dejas que te invite a cenar?¿En qué parada nos bajamos?

Satisfecha por su respuesta me asomo por encima del hombro para ver donde estamos. Por suerte no nos hemos pasado y aún queda una parada más.

-En la siguiente-le informo sonriendo.
-Bueno pues aún tenemos tiempo.


Y, sin más, lleva mis brazos alrededor de su cuello mientras besa mi sonrisa con pasión.

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jueves, 4 de febrero de 2016

EL ENFOQUE DE LOLA

Capítulo 11: Domingo por la tarde.

Aunque me cuesta reconocerlo, llevo todo el día mirando el reloj y esperando que se haga la hora de salir.

martes, 2 de febrero de 2016

Reseñas Lectura Conjunta

¡¡Hola a todos =D!!

¿Qué tal el fin de semana? Yo bien, de aquí para allá disfrutando del fin de semana con mi familia y amigos.

Como ya os he contado en otras entradas entre los meses de diciembre y enero algunas bloggers y yo hemos hecho una lectura conjunta. El libro que hemos leído ha sido Kamikazes por amor de Connie Jett y aquí podéis encontrar mi reseña. Desde aquí quería agradecer su participación a todas las chicas ya que han hecho que sea muy divertido y agradable. Nos lo hemos pasado muy bien. En especial, quería dar las gracias a Connie Jett por estar tan implicada y accesible. Y también a Vanesa y Pili por ayudarme desde el principio hasta el final en esta aventura. ¡Gracias chicas!


Además de estas palabras quería compartir con todos vosotros las reseñas de mis compañeras que, aunque aún faltan algunas por publicar por temas personales, han hecho un trabajo maravilloso que refleja lo que les ha parecido el libro y lo bien que nos lo hemos pasado.

En los siguientes enlaces los encontraréis:
Drawing the music
Lecturas Doria

El Rinconcito de Minny

Desde aquí os animo a que le echéis un vistazo, leáis las maravillosas palabras que le han dedicado a este libro y le dejéis algún que otro comentario ^^.
Un saludo

Lupe

viernes, 29 de enero de 2016

El ENFOQUE DE LOLA

Capítulo 10: Un domingo nada normal

A las diez de la mañana llego a la habitación. Debería de estar cansado, llevo toda la noche sin dormir, pero no, no lo estoy. Me tumbo en la cama en un intento por conciliar el sueño pero mi mente va tan deprisa que no puedo dejar de pensar.

Por ella pasan todas las sensaciones que anoche tomaron posesión de mi cuerpo. Me acuerdo lo bien que me lo pasé con Lola, hacía demasiado tiempo que no me divertía de verdad. Mi vida, aunque cambiemos a menudo de país o de ciudad, es bastante monótona. Siempre hacemos lo mismo. Llegas, presentas, concierto, fiesta…y todo bajo la lupa que vigila que salga perfecto al detalle. Demasiada presión.


Me acuerdo del beso que le robe cuando salimos del karaoke. Fue tierno, calmado e intenso a la vez, distinto a todo los que he recibido en mi vida. Anoche descubrí a una Lola que no tiene que nada que ver con la de los primeros días. Y, sin duda, quiero saber más de esa mujer. Quiero conocer mejor cada matiz de su mirada, cada nota de su risa.

Y, por último, por mi cabeza ronda todo lo que sentí al volver. Llevaba mucho tiempo sin pisar la que siempre a sido mi casa, el hogar en el que me crié y el lugar donde más duro me dio la vida.

Mi madre, ¿cuánto llevaba sin pensar en ella? Mucho, tal vez demasiado.


Tenía un carácter agradable, todo el mundo la quería.

Nunca supimos realmente que le llevó a aquella adicción. Sé que mi padre se sigue culpando por su muerte. Siempre que puede afirma que él no la supo cuidar pero mi hermano y yo sabemos que eso no es así. Él la quería. Lo demostró cuando ella cayó en el pozo de las drogas. La cuidó, se mantuvo a su lado. Veló por su bienestar y, cuando se dio cuenta de que nada de lo que hacía había servido, cayó en una pena tan profunda que aún no ha sido capaz de superar.

Sin embargo, yo, me centré en conseguir todas las metas que me autoimponía apartando de un plumazo cualquier sentimiento que quisiera aflorar. Primero los estudios, luego mi carrera profesional y así fueron pasando los años sin darme cuenta que no había vuelto a ver ni una simple foto de la mujer que me ha dado la vida. ¿Cómo podía ser tan egoísta?
Molesto por darme cuenta de lo injusto que he sido durante estos años, me levanto de la cama y me meto en la ducha a ver si me despejo.

Dos horas después, estoy dando vueltas por el salón del hotel que hemos elegido para hacer el reportaje de fotos para el nuevo CD. Este fotógrafo no me acaba de gustar. Es bueno en su trabajo, hace unas fotos impresionantes pero es demasiado relajado en las formas.

Lo sé, lo he vuelto a hacer, me he vuelto a volcar en el trabajo para no pensar. Pero es que no se otra forma de gestionar todo esto.

-Jonás, haz unas fotos para probar la luz.
-David, relaja. Esto es arte ya fluirá-contesta mientras se lía un cigarro.
-Jonás, haz unas fotos. Punto.

Me desespera, no sé que le ve mi hermano para estar tan empeñado en que él sea el fotógrafo. Le oigo suspirar mientras voy al otro de la sala a ver a la chica de vestuario. Esta mañana me mando un mensaje diciendo que tenía un problema con los vaqueros. Espero que no sea nada relacionado con los diferentes tonos de color…

-Buenos días Carol, ¿cuál es el problema?
Despega la cara de la pantalla con una enorme sonrisa.
- Mira, David, estos son los vaqueros ideales para el reportaje pero la firma no nos lo ha mandado todavía.
-¿No pueden ser otros? Mandaron un montón de ropa, tiene que haber algo que nos encaje.
-Ya pero eso son los que quiero.
Vale, me pone de los nervios. ¿Qué más da unos que otros?
-No sé, Carol, sal y cómpralos. La sesión es mañana no creo que nos podamos parar en esas cosas. Haz tu trabajo.


Su cara de asombro me informa de que me he pasado con el tono de voz. Lo reconozco, estoy cabreado y ella lo acaba de pagar. Sin añadir nada me camino por la sala hasta la zona donde he dejado al fotógrafo trabajando. Allí esta Lucas, mirándome con una ceja alzada y una interrogación en los ojos.

-Buenos días.
-¿Qué te pasa, tío? Estás muy tenso.
-Nada.

Contesto mientras comienzo a ver las fotos en el ordenador. No me apetece hablar del tema. No quiero contarle que ayer estuve en casa. Prefiero que piense que ayer me fue mal con Lola y que se burle un rato. Porque lo va a hacer, de echo ya esta tardando.

-Vale, vale ya me acuerdo. Lo que pasa es que no te gusta la calabaza.
-Lucas, déjame en paz-contesto con una media sonrisa, sabía yo que no iba a dejar pasar la oportunidad.

Sigo pasando fotos, hasta que topo con unas que no me esperaba. Allí están las fotos que la directora del hotel me enseñó hace unos días. Con una seña le indico a mi hermano que mire lo que tengo en la pantalla y por la cara que pone no parece que le haga gracia.

-Esto es una broma-comenta incrédulo-Jonás, ¿puedes venir un momento?


Vemos como viene con su tranquilidad habitual hacia nosotros. Decido callar, a ver como se desarrollan los hechos. De momento está despedido ya veremos si hace falta tomar alguna medida más.

Observo como Lucas maneja la situación mientras que Jonás intenta justificar las fotos de forma infantil. Se pone a la defensiva incluso amenaza con más fotos, con hablar con los medios, le dice que si él quiere le puede hundir la carrera. No sé como Lucas aguanta lo que le está diciendo. Al final le ofrece un acuerdo, le pide todo el material que tenga de él a cabo de no denunciarlo. A lo que Jonás responde con bufidos mientras sale del salón.

-No lo quiero volver a ver-afirma Lucas cabreado.
-Bien.


Me siento satisfecho por como ha manejado Lucas la situación, al final una persona así solo nos puede hacer daño. Sin embargo, no se me escapa que nos acabamos de quedar sin fotógrafo a menos de veinticuatro horas de la sesión de fotos del nuevo CD. A ver como lo soluciono…

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