viernes, 28 de agosto de 2015

Amor por promesa. Capítulo 15: Tío Tomas

Capítulo 15. Paso a paso.

El viaje de retorno a Madrid fue bastante más frío que el que hicimos días antes hacia Barcelona. A mediados de noviembre las temperaturas suelen ser muchos más bajas haciendo patente la llegada del invierno. Al llegar a casa de mis tíos me encontré con una hormiguero de trabajadores preparando la boda de prima Rosa María.
Mientras observaba pasar al servicio entre órdenes y gritos que mi tía Belinda daba calculé que a Gala le quedaban cinco meses para contraer matrimonio. No podía perder tiempo, tenía que actuar.




Con paso decidido me colé entre los trabajadores dirección al despacho de mi tío Tomás. Necesitaba contarle todo lo que había descubierto sobre el compromiso. Estaba seguro de que me ayudaría.

Después de llamar a la puerta del despacho, entré pero antes de cerrar la puerta noté la mano de mi tía posarse en mi espalda.

-Luis, ¿no pensabas saludarme?-reprochó enfadada-Desde luego solo me das disgustos, ¿porqué no avisaste de que venias?

Antes de poder contestarle, mi tío levanto la vista de los papeles que estaba leyendo y respondió por mi.




-Belinda, deja al pobre muchacho, ¿no tienes bastante con el servicio?
-Es mi sobrino, ¿no me puedo preocupar por él?-replicó altiva.
-Claro que puedes, mujer, pero no lo agobies. Estoy seguro de que te vio dando gritos de un lado a otro y no quiso molestar ¿no es así Luis?

-Sí, así es, tío-afirme agradecido.

La verdad es que no quería que mi tía me entretuviera contándome todos los detalles de la boda y había intentado evitarla. Pero aquella mujer no era fácil de engañar, parecía un águila a la que nada se le escapaba de su vista.

-Ves como el muchacho no lo hizo con mala intención-zanjó mi tío mientras servía unas copas-. Anda, ve a avisar que Luis se queda a almorzar, querida. Nosotros nos tomamos una copa y enseguida os alcanzamos.

Después de lo que su marido le había dicho, mi tía salio del despacho matándonos con la mirada. No le gustaba que nadie le diera órdenes y menos que su marido la tratara con condescendencia. Pero en aquella ocasión agradecí de corazón lo que mi tío acababa de hacer.

-Espero que lo que tengas que contarme merezca la semana que tu tía me hará pasar durmiendo en el sofá de la sala-advirtió divertido.
-Siempre puede usar sus habitaciones, tío. Así por lo menos su espalda no sufrirá más de lo necesario-contesté siguiendo la broma.
-Mi querido Luis cuando consigas casarte con la muchacha a la que amas comprenderás la estupidez que acabas de decir. Pero bueno, ¿qué has descubierto?



Mientras recogía la copa que él me ofrecía comencé el relato de mis días en Barcelona. Aunque un poco desconcertado por como me había recibido la sociedad catalana con la que manteníamos buenas relaciones, mi tío Tomás, me escuchó con atención, sin interrumpirme hasta el final del relato.

Al desvelar el truculento negocio que el padre de Gala había llevado a cabo con ella, al contrario de lo que me esperaba, no se escandalizó en demasía. Con gran tranquilidad se levantó de su asiento y se cruzó las manos detrás de la espalda mientras miraba el jardín.

-Tío, ¿no le sorprende lo que le he contado o es que no me cree?-le pregunté sorprendido.
-Carlos Ruiz del Valle fue y será siempre la vergüenza de esa familia, Luis-contestó con voz suave-. No puedo negar había oído hablar de sus andanzas en alguno de mis viajes a la Ciudad Condal. Siempre pensé que toda la historia que envolvía a su hija era más habladurías que una realidad latente. Como sabes, su hermano Juan y yo compartimos algunos negocios pero jamás me habló de la situación que estaba viviendo su sobrina y mucho menos me confirmó la actitud de su hermano.
-Lo sé y por su buena relación con él necesito que me ayude a convencerle para que Gala no se case con ese hombre. Es horrible todo lo que le esta pasando y, le juro, que aunque ella no quisiera volver a verme nunca-solo el hecho de pensarlo hizo que se me formara un nudo en la garganta-,tengo la obligación de hacer lo posible para que salga de esta situación.




Antes de que esas palabras abandonaran mis labios, mi tío me observaba con orgullo.De dos zancadas llegó hasta donde estaba sentado y cogiendo lo necesario para escribir se sentó en la silla que tenía a mi izquierda. Antes de comenzar a trazar nombres en la hoja comento preparado.


-Esta bien, hijo, lo primero es saber que plan vamos a seguir.


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4 comentarios :

  1. ¡Hola Guadalupe! he descubierto tu blog gracias a mi amiga Sara del Pozo (del blog "Katherina´s Thoughts") y me ha encantado todo lo que he estado viendo en él. Aquí tienes un seguidor más :)
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    1. Hola Tulkas!!
      Muchas gracias ^^ me alegro que te guste mi blog y espero verte por aquí a menudo. Me paso por el tuyo, seguro que es muy interesante!!
      Mil besos!

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