Sentadas
sobre las cajas que habían sacado del trastero las tres amigas observaban el antiguo
volumen.
Claudia
acariciaba la tapa llenando su mente de recuerdos vividos en aquella casa.
Recordaba ese libro como un fiel compañero de su madre y de su abuela.
De pequeña, cuando preguntaba que lo que estaban leyendo ellas siempre le decían: «cosas importantes que aún no te podemos contar»
De pequeña, cuando preguntaba que lo que estaban leyendo ellas siempre le decían: «cosas importantes que aún no te podemos contar»
Pero con los
años, nadie le contó a Claudia aquello que era tan importante. ¿Por qué? ¿no
sería buena para conocer aquel secreto?
Al pensar en
todo aquello no pudo evitar derramar algunas lágrimas, sus amigas, dándole
consuelo, le acariciaron cada una un brazo. En ese momento el libro que tenía
entre las manos brinco abriendo su tapa para dejar al descubierto su interior.
-Pero…está en
blanco-dijo Julia asombrada.
-¡No puede
ser!-gritó Claudia.
-Y, ¿ahora
que hacemos? Se suponía que aquí estaba la solución-preguntó Diana.
Las tres
amigas se miraron pasmadas, habían puesto todas sus esperanzas en que aquel
libro acabaría con la pesadilla que estaban viviendo. Pero por lo que tenían
ante sus ojos aquello no había hecho nada más que empezar.
-Todo esto es
una locura-afirmó Claudia-en mi visión aparecía este cuaderno, algo tiene que
hacer. Libro, ¿tienes algo que decirnos?
-Como diga
algo me muero…
-Pues, Julia,
empieza a cavar tu tumba. Porque o el licor que nos dio Claudia tiene efectos
muy raros o eso que aparece ahí son palabras.
Después de
aquellas palabras Diana le arrebató el libro a su amiga. En él se podía leer:
«Todo lo que
queráis saber, solo tenéis que preguntar»
-¿Por qué nos
atacan?-preguntó Diana.
Ante esta
respuesta las palabras escritas se borraron creando una pequeña nube en la
hoja. Esta al despejarse creo una nueva frase, una nueva respuesta.
«Habéis
despertado un viejo poder, uno muy peligroso, tenéis que tener cuidado. Si
permitís que salga de esta casa el mundo que hasta ahora conocéis se
destruirá.»
-Bah, ya
estamos con amenazas tontas, ¿qué va ha hacer matarnos a todos?-se burló Julia.
Las tres
jóvenes estaban en estado de shock por todo lo que estaba pasando. Ellas
siempre habían hecho gala de ser personas inteligentes que no creían en esas
cosas, burlándose de todo aquel que creía en poderes ocultos y royos de ese
estilo. Julia era la más escéptica de todas ellas, el año que le tocaba
celebrar a ella Halloween pasaba de la decoración y los disfraces. Ella
preparaba unas pizzas y vodka en cantidades indecentes, resumiendo, no se
complicaba.
El libro
respondió de forma contundente a su pregunta.
«Os matarán a
todos»
-Julia, creo
que esto no va de broma-riño Claudia a su amiga-¿Qué podemos hacer?
«Tenéis que
buscar el hechizo» respondió el libro.
-Vale tenemos
que buscarlo, pero ¿dónde?
«Claudia,
creía que eras más inteligente…lo tenéis que buscar en el comedor»apareció en
el libro.
Al leer
aquella frase, Diana y Julia, no pudieron evitar echarse a reír.
-Tía, el
libro te está echando la bronca-dijo Diana divertida.
-Va, no seas
macarra y vamos…
Juntas
llegaron salieron del trastero y se dirigieron al salón. Al llegar se
encontraron la puerta abierta y todo en orden, parecía que no aquella noche no
había pasado nada en aquella habitación.
-¿Qué
hacemos?-susurró Julia.
-No lo sé, yo
creo que deberíamos de sentarnos con ellos y esperar a ver que pasa.
-¿Estás loca,
Claudia? Te recuerdo que tienes marido e hijos, es una buena razón para seguir
viviendo.
-Algo tenemos
que hacer, Diana, y te aseguro que como no sea en la ropa que lleva esos
esqueletos, aquí no hay trozo de papel que no conozca.
-Entonces, no
nos queda de otra Diana- dijo Julia mientras se dirigía hacia la mesa.
Las tres
amigas tomaron asiento alrededor del banquete que había preparado Claudia.
Diana, que no había cerrado el libro en ningún instante leyó un nuevo mensaje
en sus páginas.
«Cenar como
si estuvierais con unos amigos»
Disimuladamente
le enseño el mensaje a sus compañeras quienes con cara de circunstancias
intentaron hacer lo que les pedía el libro.
-Diana, ¿has
vuelto a saber algo de Fernando?-preguntó en un intento de parecer
despreocupada Julia.
Su amiga se
que se estaba sirviendo ensalada con manos temblorosas se quedó mirándole
fijamente. ¿Cómo podía pensar en aquellas cosas en aquella situación?
-No…no me
volvió a llamar.
-¿Quién es
Fernando?-preguntó Claudia intentando integrarse en la conversación.
-Es un nuevo
compañero de trabajo-explicó Julia-, como los dos somos españoles se puso muy
pesado con que quería quedar. Pero como le dije que no antes de venirme no he
vuelto a saber nada, ya veremos…
Al sentir un
dedo huesudo acariciarle el cuello, Julia no pudo evitar para su relato.
Claudia, que le estaba escuchando con atención, se quedó mirando fijamente,
mientras contenía la respiración, aquella caricia. El esqueleto paseaba sus
manos por el cuello de su amiga como si la quisiera estrangular.
Diana, que
leía las instrucciones que poco a poco iban apareciendo en el libro. Ella presidía
la mesa y desde su sitio podía verlo todo con mayor claridad. Enfrente suyo
estaba sentado un esqueleto con ropas de mujer, según decía el libro aquel
sería el más difícil de engañar. Tenían que ganarse su confianza, al fin y al
cabo era Halloween, su noche, y lo que más les apetecía era divertirse. Absorta
por la lectura no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que Julia presa del
pánico gritó.
-Tranquilízate-dijo
con voz firme-ellos no nos quieren hacer daño.
Sabía que
aquella mentira era necesaria para ganarse la confianza de los esqueletos. Así
que sirvió un poco de licor en todas copas y continuó con el juego.
-Beber-ordenó-,
tenemos que celebrar que por fin nos hemos reunido.
Claudia
entendiendo por donde iba continuó con aquel teatro mientras que Julia, que aún
recibía caricias asesinas por parte de uno de los esqueletos, intentaba dejar
de llorar.
-¿Brindamos?-preguntó
nerviosa.
-Por la
muerte y destrucción de todos los infieles-dijo el esqueleto vestido de mujer a
la vez que levantaba su copa.
Su voz
cargada de fuerza y de maldad hizo que a las tres jóvenes se les helara la
sangre haciendo que las copas se quedaran a medio camino. En intentó de
recuperar la compostura, Diana, respondió alzando su copa en un brindis silencioso.
Después de
aquello, comenzó la celebración de un banquete en el que a ninguna de las tres
amigas les gustaba estar. Los esqueletos resultaron ser bastante habladores
aunque, para ser sinceros, su mayor pasatiempo era beber licor que acababa empapando
sus ropajes y chorreando hasta el suelo.
El más
taciturno de los tres era el que estaba sentado junto a Claudia. No solía
participar en la conversación nada más que cuando se dirigían a él y observaba
con ojos descarnados todo lo que sucedía.
Sobre las
tres de la mañana a los esqueletos les apeteció bailar. Al fin y al cabo, como
ellos decían aquello era una fiesta, necesitaban distraerse antes de comenzar
la matanza.
Mientras
bailaban al son de música de los años veinte, Claudia vio como un trozo de
pergamino doblado caía del vestido del esqueleto que vestía de mujer. ¿Sería el
hechizo que estaban buscando?¿Cómo iba a recogerlo sin que ellos se dieran
cuenta? Notaba los ojos del esqueleto que había estado sentado a su lado
observarle. Así que en un intento disimulado de poner el papel a salvo lo chutó
debajo del sofá.
-¿Qué has
guardado?-dijo el esqueleto con voz profunda.
En ese
momento la música paró, sus ojos estaban llenos de furia. Le había visto chutar
aquel trozo de pergamino y sabía que les querían traicionar.
-Nada.
-Te he visto
guardar algo, ¿qué es?-volvió a preguntar cogiéndole del pelo.
-¡Suéltala!-gritó
Julia tirándose sobre él.
De un empujón
el esqueleto estampó a Julia en la chimenea que presidía el salón dejándola
inconsciente.
Diana,
asustada intentó escapar de allí en un intento desesperado por pedir ayuda.
¡Sabía que les iban a matar!
Antes de que
pudiera llegar a la puerta, notó como unos brazo huesudos la agarraban con
fuerza impidiéndole escapar. Forcejeó hasta soltarse y corrió a ayudar a
Claudia quien había sido arrastrada hasta la mesa donde la estaban preparando
para el sacrificio.
Antes de
llegar a ella su amiga levantó la cabeza y le gritó:
-Debajo del
sofá, rápido.
No le hizo
falta más, en un intento por esquivar al esqueleto del que se había librado,
Diana se tiró al suelo rodando hasta el sofá. Con manos temblorosas, por culpa
de la adrenalina, tanteó por debajo de aquel mueble hasta que tocó lo que
estaba buscando.
Antes de
desenrollarlo levantó la vista y vio como uno de los esqueletos cernía un
cuchillo sobre su amiga. Si aquel papel no era el hechizo que estaban buscando,
sería su fin. Ellas morirían y aquel mal se extendería sobre la tierra.
Intentando no
pensar en aquello, lo abrió y leyó lo que ponía:
«Noche
de brujas, noche ancestral, que la locura de estos tres amigos termine ya.
Que la luz del día se lleve sus
espíritus
limpiando su mal.»
Al acabar
aquella frase, Diana cerró con fuerza los ojos esperando su fin. Sin embargo,
en ese momento, el amanecer comenzó a clarear las sombras de las noches y con
el convirtió en cenizas los esqueletos.
Julia poco a
poco fue despertando como si fuera de un sueño y junto a Claudia, liberada de
quien la sujetaba, corrieron hasta el sofá.
Las tres
amigas se abrazaron hasta que llorando por todo lo que había pasado se quedaron
dormidas. Horas después, llegó el marido de Claudia, quien encontró la casa
como siempre y a las tres amigas, rodeadas de palomitas y con una película que
ya había terminado en la tele durmiendo en el sofá.
Cuando se
despertaron, decidieron que nunca más iban a celebrar Halloween, habían
aprendido que existía el mal. Por unanimidad decidieron dejarlo todo en la
ignorancia, aquello era demasiado peligroso como para querer saber más. En
silencio, las tres amigas guardaron en una caja todo los objetos que Claudia
había sacado del desván y la enterraron en el jardín para que nadie los
encontraran. Ese sería su secreto y no debía conocerse jamás.
Leer anterior FIN
Bravo!! (aplausos). Me ha encantado
ResponderEliminarGracias, gracias y mil veces gracias ^^Siempre estas ahí apoyando todos mis relatos y dando ánimos!!
EliminarMillones de besos y abrazos
Fantástica!!!!!! Me ha encantado. :-)
ResponderEliminarMuchísimas gracias Bea^^Te quiero un montón reina!!
EliminarGuauuuu Fantástico , maravilloso sin palabras *__*
ResponderEliminarTambién quería decirte que me pasaba por aquí por casualidad y que me quedo por tu blog ya que me ha encantado , te invito a pasarte por el mío y que te quedes en él si te gusta ;D
Un fuerte abrazo!
Hola!
EliminarMuchas gracias!
Me paso enseguida por allí y le echo un vistazo!!Muchas gracias por quedarte por aquí =D
Mil besos