Estaba
frustrado, llevaba quince días en la ciudad condal y aún no había conseguido
averiguar nada que fuera importante. Cansado de visitar viejos amigos de mi
familia, sin obtener nada a cambio, decidí pasar los días que me quedaban en la
tranquilidad de mi casa.
Parecía
que, a pesar de pertenecer a unas de las familias más populares de Barcelona,
nadie sabía nada sobre un escándalo. Aunque sí que conocían perfectamente el
compromiso. Desesperado por tal desinformación solo me quedaba indagar sobre su
futuro marido.
Sí,
eso era una buena idea, me acercaría a la cámara de comercio. Estaba seguro que
aunque no me conocieran en persona mi apellido aún tendría algo de peso o al
menos el suficiente como para ganarme la confianza de aquellos hombres.
Antes
de salir de casa, le pedí a Ximo, el hijo de Doña Montse, que me averiguara
todo lo que pudiera sobre los negocios que en ese momento se estaban tratando
en la cámara de comercio. Quería llegar causando una buena impresión, quizás me
interesara alguna de las inversiones más de moda o necesitara tener preparado
algún tema de conversación importante, y todo esto lo conseguiría solo si
conocía el terreno a la perfección. Ximo que tenía más o menos mi edad tenía
los conocimientos suficientes para ayudarme en esa tarea. Mi abuela, que en paz
descanse, se había empeñado en darle una buena educación para que se pudiera
defender en la vida. El muchacho aprovechó la oportunidad y estudió para ser
contable. A la vista de los libros de cuentas de las diferentes propiedades que
mi familia tenía en la ciudad, el chico era muy bueno.
-¿Da
usted su permiso?-preguntó nada más entrar en la
habitación donde estaba.
-Sí,
claro, pasa sientate.
-¿Me
ha mandado llamar, señor?-preguntó sin levantar los ojos de los
zapatos.
-Ximo,
necesito enterarme de lo que se está cocinando en la Cámara de comercio de esta
Ciudad-le
comente nada más entró en el despacho de mi abuelo-.
Verás estoy interesado en...
-Disculpe,
señor, ¿puedo serle sincero?
Lo
observe durante unos segundos, aquel muchacho tenía agallas para cortar lo que
le estaba contando, aunque fuera mentira. Pero al mirarlo detenidamente observé
su nerviosismo, desde luego no lo estaba pasando nada bien.
-Sí,
claro-
contesté suavizando mi voz-. Se lo agradecería.
-Sé
que usted va preguntando por ahí sobre la señorita Gala. Sé que usted sabe que
se va a casar pronto pero...
-¿Pero?-insistí
animando con la mano a que siguiera hablando de ella.
-Disculpe
que se lo diga, Señor, pero ella no puede romper su compromiso y como supongo
que a usted ella le interesa creo que debo advertirle de ello.
«Bingo» pensé. Tenía ante mí lo
que llevaba tantos días buscando, una respuesta. Miré al joven que aún
continuaba de pie delante de mi escritorio, estaba nervioso y parecía que tenía
miedo de hablar.
Antes
de contestar a lo que me acababa de decir, decidí servirnos unas copas.
Necesitaba que me contara lo que sabía y sobretodo que lo hiciera confiando en
que no le pasaría nada. Quizás temía quedarse sin empleo si lo que tenía que
decirme no era de mi gusto. No, eso no debía de ser. A juzgar por el mutismo
que había en toda la ciudad tenía que pasar algo más grave. Pero, ¿qué?
Leer desde el principio Siguiente
Leer desde el principio Siguiente
Hola, que buena entrada! es la primera vez que estoy por aquí, te conocí porque soy parte de asociación Blogger, me quedo por tu blog :* ya te sigo
ResponderEliminarlaspanishlady.blogspot.com
¡Muchas gracias guapa! En cuanto pueda me paso por el tuyo¡ =D! un besazo
Eliminarme tienes intrigadisima. Me encanta. ;)
ResponderEliminar¡=D! ¡Me encanta que te encante! Jajaja Besotes^^
Eliminartengo que mirar desde un principio a ver si me quito lecturas y empiezo o espero a que termines jejejeej y leere todo de golpe ,)
ResponderEliminar¡Como mejor te organices! ^^^Espero que te guste, ya me contarás que tal. Mil gracias ^^ un beso
Eliminar¡Muy buenas!
ResponderEliminarTe he nominado al Premio Liebster Award en mi blog!
Un beso
¡Muchas gracias! En cuanto prepare la entrada te aviso ^^ un abrazo
Eliminar